lunes, 20 de octubre de 2014

La vida mientras tanto

Ayer, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, me pidieron desde El Huffingtonpost Post que escribiera algo sobre como era mi vida y mi experiencia desde que llegó el cáncer. Y ahí os dejo el enlace para que podáis leerlo.

Un placer que hayan contado conmigo en un día tan especial para nosotras. Gracias!

http://www.huffingtonpost.es/m-angeles-cordoba/la-vida-mientras-tanto_b_6007492.html

martes, 7 de octubre de 2014

Red de mujeres

Una de las cosas que más me gustan de mi vida, es haber estudiado en un colegio solo de niñas. No se trata de política, ni de religión, ni de público o privado, no voy por ahí, voy por el tema sentimental, por la complicidad, la familiaridad, eso que se crea entre las mujeres que se ven todos los días durante tanto años, que crecen juntas y viven tantas experiencias a la vez en momentos de la vida tan importantes. Es uno de los grandes regalos que me hicieron mis padres, llevarme a mi colegio. A esa época le debo mucho de lo que soy, esa base de amigas con las que sigo, esa forma de ser y de relacionarnos entre nosotras...es algo muy muy especial que tenemos y me encanta.

Desde que salí del colegio no me había sentido igual, tan parte de algo de mujeres...pero entonces,  llegó el cáncer de mama, ese cáncer rosa, que en su mayoría nos afecta a nosotras y que me abrió de pronto un mundo nuevo y desconocido para mí, una red de mujeres que se ha ido tejiendo en este último año y medio de mi vida y que creo que llegó a su día grande el pasado domingo, el día de la Carrera de la Mujer 2014.

Recordando que el año pasado estaba en plena quimio, y no pude ir ni a ver esa marea rosa de la que todos hablaban, me puse mi camiseta y me fui dispuesta a unirme a las corredoras, sin saber aún la cantidad de emociones que me quedaban por vivir. Me había prometido a mí misma ir sí o sí, porque fueron muchas las fotos y los mensajes que me enviaron el año pasado diciendo que la habían corrido por mí, así que ahora me tocaba estar allí. Nunca he sido deportista, así que llegar en una hora y 12 minutos y 7.910 mujeres después de la primera no tuvo importancia, (aunque ahora sirva de risa para muchos de mis amigos), lo importante fue ir y llegar a la meta. Ver allí que todos estaban un poquito por mí. Me daban ganas de dar las gracias a todas y cada una de las 9.000 mujeres que había vestidas de rosa, y a los hombres que había animándonos, a los amigos y familiares. Todos los "venga, ánimo, tú puedes, campeona, ahí está la meta", eran un poco para mí, para mí no sólo allí, para mí en mi vida, porque así he vivido mi proceso de enfermedad, como esta carrera, con todos alrededor animándome, empujandome, dándome aliento, por eso os he dicho siempre que yo no tenía derecho a curarme, tenía una obligación.

Cuando llegué a la Plaza de España y vi como estaba todo teñido de rosa, me emocioné muchísimo, era mucho más de lo que me imaginaba. ¡Todas allí unidas para lo mismo! Cuántas mujeres con pañuelos en la cabeza, cuanta gente mayor, cuantas camisetas y pancartas con mensajes de apoyo...era impresionante de verdad.

El día fue cada vez más bonito, y no sólo por el sol que había, hacerlo con el equipo de Nosotras Si, salir con Ana, mi físio y apoyo tan importante en mi enfermedad, con Encarni, con Consuelo, con Gema. Que vinieran mi madre y mi hermano a animarnos, mis primos. Mi encuentro con Loreto, una chica que ha pasado por lo mismo que yo y casi a la vez, nuestras lágrimas que dijeron tanto, cuánta emoción vernos allí las dos y encontrándonos tan bien. Llegar a la meta con todas ellas y con Marina, y por supuesto con mi Diego...Las niñas de Pulseras Rosas, también allí, en la meta, ¡con todo lo que me han aportado! Mis amigas que luego fueron apareciendo, las que no pudieron estar, pero estaban conmigo con las llamadas y mensajes, las que estaban pero no nos vimos entre tanta gente....yo sólo podía decir todo el tiempo una palabra: GRACIAS!!!

En el fondo de nuestros corazones sentimos que la carrera que muchas de las que estábamos allí habíamos ganado y la meta a la que habíamos llegado, era mucho más importante que una mañana corriendo por el parque. Hemos ganado la carrera al cáncer de mama, ese cáncer que nos da donde más nos duele, que quiere cargarse nuestra feminidad, algo tan nuestro, pero cada vez somos más con las que no ha podido, y hemos llegado a la meta, y se han terminado al fin los tratamientos, y hemos llegado a ese día en el que te dicen que ya sólo irás a oncología para revisiones. ¡Sí, esa es la verdadera carrera, y nosotras somos las ganadoras!

Cuando abrí la caja de las gafas rosa que vende la AECC y leí "gracias a ti la historia continúa", sentí un escalofrío por todo el cuerpo, y pensé: es que mi vida sigue gracias a cada una de las personas que están aquí. Gracias a los médicos, a la investigación, a los voluntarios, a las aportaciones de todos...gracias a los demás mi historia continúa, mi vida sigue. Ufff es que es mucho lo que te enseña esta enfermedad, como te abre los ojos, como ves cosas que antes no veías...

Por supuesto me acordé del hospital de día, de la sexta planta...me acordé de todas esas mujeres que están ahora pasando por todo eso...es tanto lo que nos une...y les dediqué mi carrera a todas ellas.

Ahí os dejo una foto de cuando llegué a la meta, con mi fotógrafo detrás...jajajja. Ha sido un gran chute de energía positiva ver tanto apoyo, tanta colaboración, tanta sensibilización con el cáncer de mama, y me ha devuelto las fuerzas que en septiembre me habían fallado un poco, porque ha sido un mes durillo, a pesar de haber terminado el tratamiento...esto es lento, muy lento...pero con lo que viví el domingo he vuelto a ver lo afortunada que soy, y a retomar mis ganas de comerme el mundo. Allá voy!